Representa el área de tierra o agua ecológicamente productivos (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos) e idealmente también el volumen de aire, necesarios para generar recursos y además para asimilar los residuos producidos por cada población determinada de acuerdo a su modo de vida, de forma indefinida. La medida puede realizarse a diferentes escalas: individuo (la huella ecológica de una persona), poblaciones (la huella ecológica de una ciudad, de una región, de un país…), comunidades (la huella ecológica de las sociedades agrícolas, de las sociedades industrializadas, etc).
La huella ecológica es un indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, relacionándola con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos.La huella ecológica considera el consumo de recursos naturales, de energía, la generación de desechos y emisiones contaminantes, tanto de manera directa como indirecta. La medida intenta poner en evidencia y comparar las “necesidades” humanas con lo que el planeta es capaz de proveer manteniendo su capacidad de regenerarlo. Para eso se crea la medida llamada Hectarea Global, como unidad para medir esta “cantidad de planeta” necesaria para regenerar lo consumido por una persona, grupo o país, pero eso ya lo dejaremos para mas adelante, cuando definamos capacidad de carga…
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